Una exposición de Carmen Calvo recorre sus últimos quince años de trabajo
Los últimos quince años de trabajo de Carmen Calvo, de los que se ocupa ampliamente esta muestra comisariado por Emmanuel Guigon y Consuelo Ciscar parecen haberle llevado por caminos bastantes diferentes, pero siempre conducentes a un mismo núcleo principal constituido por una especie de fecundo pozo sin fondo.
Los últimos quince años de trabajo de Carmen Calvo, de los que se ocupa ampliamente esta muestra comisariado por Emmanuel Guigon y Consuelo Ciscar parecen haberle llevado por caminos bastantes diferentes, pero siempre conducentes a un mismo núcleo principal constituido por una especie de fecundo pozo sin fondo.
Se podría decir que trata del inagotable pozo de la memoria , una memoria esencialmente plural y fragmentaria. Una memoria pacientemente reconstruida en forma de una suerte de autorretrato oblicuo y ambiguo, en parte fiel a su existencia individual, pero en buena parte inventado.
Valiéndose de su conocida estrategia de recolección y yuxtaposición de los mas diversos objetos viejos, con los que componen sus panelas a manera de collages, de un sesgo tendencialmente surrealista, la artista regresa una y otra vez a una infancia plural e imaginaria, tentativamente restituida, de tal modo que a final se nos hace reconocibles como lugar para una experiencia compartida.
Texto: Valencia/VAM
Biografía

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